La sociedad contemporánea ha cambiado en la praxis sus hábitos de informarse, ergo de crear realidades e institucionalizarlas. Ese hábito de consumo mediático, que otrora estaba dominado monopólicamente por los medios de comunicación de masas en una relación eminentemente unidireccional se encuentra en estado terminal, incluso en países en vías de desarrollo.
Así ha surgido la «mediamorfosis», un proceso de cambio holístico no solo de plataformas, sino de las propias relaciones intersubjetivas, de la manera en cómo nos informamos, socializamos las realidades e incluso creamos contenidos en un afán de prosumo, en el que el consumidor informativo se convierte a su vez en un decodificador, recodificador y emisor de realidades.