Es un honor y a la vez un motivo de orgullo y plena satisfacción que Gloria Pérez haya pensado en mí a la hora de prologar su libro titulado Sierra de Luna en las Cinco Villas. Pues, con esta petición, no solo me manifiesta
su confianza, sino que, además, me ofrece generosamente la oportunidad de revelar una vez más el afecto y respeto que siento hacia nuestra comarca de las Cinco Villas.
Desde luego, sus treinta y un pueblos, grandes o pequeños, todos tienen una entrañable historia. Pero que, en la mayoría de los casos, solo la conocemos gracias a esa transmisión oral que de padres a hijos se ha ido difundiendo.

Sierra de Luna no es ninguna excepción. Y si desde lejanas épocas de la Prehistoria, icnitas y hallazgos de la Edad de Piedra, del Bronce y del Hierro han aparecido en su suelo; si por él han cruzado legiones de vascones, suessetanos, celtas y romanos y si su evolución desde sus primeros asentamientos al pie de la sierra ha sido una constante, razón es que todo ello quede reflejado en las páginas de un libro.

Sierra de Luna