Con el permiso del lector, iniciaré esta introducción con una clara alusión al momento en que estas palabras están siendo expuestas en un folio, en blanco, y digital. Si hablamos de comunicación y periodismo, si en la vida el contexto lo es todo, aún más en estas disciplinas. Es tiempo de aislamiento, forzoso, tiempos ya históricos a causa del famoso Covid-19, Coronavirus para los amigos. No deja de ser una metáfora interesante. Con el riesgo de cualquier vaticinio, el mundo que se está gestando en esta cuarentena será distinto al que dejamos cuando entramos en las puertas de nuestras casas, los que tuvimos la oportunidad de tener una casa en la que entrar. La cuarentena también entiende de lucha de clases. Los periodistas, comunicadores e investigadores tendremos la tarea de analizarlo y contarlo.
En este compendio la comunicación es un elemento transversal, que recorre las diferentes piezas con una presencia distinta. La comunicación siempre está, incluso cuando no hay comunicación. Watzlawick dixit. La presente obra muestra una variedad, una amplia gama, en las que la comunicación interviene en distintos aspectos de la vida, desde el pensamiento complejo hasta la forma en la que cedemos nuestro gobierno (es difícil quitarse a Rousseau de la cabeza), pero también en aspectos mucho más cotidianos como esas librerías en peligro de extinción, los medios digitales en esta era de la pseudolibertad de Internet o la introducción de la tercera edad a programas universitarios. Y otros más.